miércoles, 22 de junio de 2016

El ritmo circadiano determina tu salud

Respetar el ritmo circadiano evita el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o síndrome metabólico.


Iván Ernesto Moreno

Un par de estudios demuestran que a la premisa “dime qué comes” se suma una nueva afirmación: “dime cuándo comes”. La revista Proceedings of The Nacional Academy of Sciences demuestra que los horarios de alimentación desordenada pueden ocasionar problemas graves a la salud y desencadenar un síndrome metabólico.

Así como todos los seres vivos, los seres humanos también nos regimos por un reloj biológico, el mismo que muchos especialistas llaman ritmo circadiano y que nos dicta cuándo alimentarnos y cuándo dormir.

Múltiples estudios demuestran que las alteraciones en nuestro horario de sueño puede tener serias repercusiones en nuestra salud, ocasionando entre otras cosas el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Los desórdenes alimenticios causan el síndrome metabólico
Estos desórdenes suelen, a su vez, venir acompañados con ciertos hábitos alimenticios nada favorables, que pueden desencadenar en nosotros el síndrome metabólico, que acarrea condiciones tales como:
  • Obesidad.
  • Diabetes 2.
  • Hipertensión arterial.
Los dos estudios de los que hablamos al principio fueron desarrollados por tres investigadores pertenecientes a universidades británicas: King’s Collage de Londres, la Universidad de Newcastle y la Universidad de Surrey, a la que se une el Instituto Nestlé de Ciencias de la Salud, ubicado en la localidad de Lausana en Suiza.

Todas estas instituciones se enfocaron en la tarea de analizar el impacto que tienen sobre la salud los desórdenes de horarios en cuanto a la alimentación y el sueño, enfocándolos especialmente desde dos perspectivas: el equilibrio o desequilibrio en la ingesta de calorías y el caso de los trabajadores por turnos.

Iván Ernesto Moreno
La comida se debe disfrutar 
Dentro del estudio se evalúan, por ejemplo, los hábitos alimenticios de los países anglosajones y los mediterráneos. Enfocándose desde luego en naciones europeas, los integrantes de esta investigación llegaron a la conclusión de que los habitantes de naciones como Estados Unidos o Inglaterra comen para ingerir las calorías necesarias, no por el deleite de comer.

Esto explica entonces que los británicos abusen de los alimentos precocidos y se salten muchas más comidas que los habitantes de otras naciones del viejo continente, en el que la comida es también un disfrute.

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