jueves, 13 de octubre de 2016

¡IMPORTANTE! Suplementos de calcio, enemigos del corazón


En los últimos años se ha multiplicado el número de personas que recurre a los suplementos para adquirir las cantidades de vitaminas y minerales que el cuerpo necesita y que no obtienen a partir de su dieta. En este grupo podemos incluir los suplementos que contienen calcio, productos que se usan para contrarrestar los daños en los huesos, propios de la edad.

De acuerdo a la cifras reflejadas por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), más del 43% de los adultos estadounidenses consumen este tipo de suplementos de calcio, y más del 60% de las norteamericanas con edades por encima de los 60 años. 

Iván Ernesto Moreno Plaza

Ante esta contundente cifra, la advertencia también está latente, pues la Facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins en Baltimore difundió recientemente un estudio en el que se demuestra que el calcio contenido en estos suplementos puede incrementar el riesgo de arteriosclerosis y el daño coronario, por lo que el paciente está más propenso a sufrir un infarto de miocardio.

Estos daños colaterales no están presentes en el calcio proveniente de una dieta adecuada, tal y como lo explica Erin Michos, la directora de la investigación, publicada en el más reciente número de la revista Journal of the American Heart Association. Michos asegura que los estadounidenses creen que tratándose de los suplementos de calcio, cuanto más consuman, mejor, sin considerar los daños colaterales a los que se exponen.

Iván Ernesto Moreno Plaza

Por lo visto, el calcio que proviene de los suplementos antes mencionados no se integra completamente en los huesos, ni es totalmente desechado a través de la orina. No todo este calcio es aprovechado adecuadamente por nuestro cuerpo, por lo que una buena cantidad se acumula en los tejidos blandos del organismo.

Por si esto fuese poco, explica John Anderson, el co-autor de la investigación, a medida que las personas envejecen, las placas de calcio se acumulan en los vasos sanguíneos, como la aorta y las arterias, lo que obstaculiza el flujo circulatorio normal y aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir un infarto.

Por Iván Ernesto Moreno Plaza.

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